Tenés fuego?
Y mientras fumo,
mi vida yo consumo…
(letra de tango)
Y vos, tenés un pucho? Son pocas las preguntas que, tan frecuentemente como esta, reciben como respuesta otra pregunta. Es casi un código entre fumadores compartir el fuego y el tabaco (a veces de malas ganas).
Un poco de historia. Uno de los navegantes de Colón, Rodrigo de Xeres introdujo el tabaco a Europa a vuelta de unos de sus viajes a América. Sus exhibiciones de “hombre chimenea” por poco le cuestan a Rodrigo y a otros marineros tener que rendir cuentas a la inquisición. Unos años más tarde, Jean Nicot (a quien el alcaloide del tabaco debe su nombre), embajador de Francia en Portugal, le envía de regalo a Catalina de Medici, las semillas de la nueva planta para que sean plantadas. El resto de la historia la conocemos todos.
El consumo de tabaco en la América precolombina estaba muy difundido, se lo fumaba en pipa o enrollando las hojas secas. El aporte europeo al tabaco se vio en el proceso de curado y añejamiento de las hojas. Los diferentes tipos de blend o mezclas disponibles en la actualidad son resultado de más de 4 siglos de trabajo.
Existen varias maneras de fumar tabaco en la actualidad. Afortunadamente creo haberlas probado todas. Cigarros, habanos, puros, cigarrillos, cigarrillos armados y finalmente, la que considero que es la mejor forma de disfrutar el tabaco, la pipa. Todas las fumadas son diferentes entre si, aunque guardan algunas similitudes; unas presentan ventajas y otras no. Finalmente solo se trata de fumar, disfrutar del tabaco y dejarse llevar en las volutas que dibuja el humo.
Indudablemente el fumar es dañino para la salud, lo poco bueno que puede decirse de él es que mejora la sinapsis neuronal, por tanto, mientras estamos bajo los efectos de la nicotina, nuestro cerebro debería funcionar de manera más eficiente e inspirada. Quizás es por esto que se relaciona al fumar con la gente de arte, literatura o ciencia; quién no vio una foto Tolkien, Einstein o Freud con una pipa en la boca?
Al retirarse la tarde, cuando el sol alarga sus rayos haciendo esperar a la noche y sentado al final de la jornada, acompañado de solo tres elementos: mi pipa, un buen tabaco y un par de fósforos; no hay mejor manera de redondear el día. Cargar una pipa no es un acto mecánico, es un ritual, se empieza a fumar desde el momento en que se abre el sobre y se toma el primer pellizco de tabaco. Dicen que la pipa se carga en tres tiempos, primero se toma el tabaco y se lo presiona al fondo del hornillo con la fuerza de un niño, luego se vuelve a cargar el tabaco hasta los 2/3 y se lo presiona con la fuerza de una mujer, finamente la última carga, hasta casi llenar el hornillo y presionando ahora con la fuerza de un hombre. Como verán, no se trata de un juego.
Acercamos un fósforo encendido al hornillo y damos la las primeras pitadas para que en tabaco comience a arder, solo así nos ofrecerá el humo y el sabor guardados en él por tantos años.
(Escrito por Lui en el foro Formosa Pipa Club)
Y mientras fumo,
mi vida yo consumo…
(letra de tango)
Y vos, tenés un pucho? Son pocas las preguntas que, tan frecuentemente como esta, reciben como respuesta otra pregunta. Es casi un código entre fumadores compartir el fuego y el tabaco (a veces de malas ganas).
Un poco de historia. Uno de los navegantes de Colón, Rodrigo de Xeres introdujo el tabaco a Europa a vuelta de unos de sus viajes a América. Sus exhibiciones de “hombre chimenea” por poco le cuestan a Rodrigo y a otros marineros tener que rendir cuentas a la inquisición. Unos años más tarde, Jean Nicot (a quien el alcaloide del tabaco debe su nombre), embajador de Francia en Portugal, le envía de regalo a Catalina de Medici, las semillas de la nueva planta para que sean plantadas. El resto de la historia la conocemos todos.
El consumo de tabaco en la América precolombina estaba muy difundido, se lo fumaba en pipa o enrollando las hojas secas. El aporte europeo al tabaco se vio en el proceso de curado y añejamiento de las hojas. Los diferentes tipos de blend o mezclas disponibles en la actualidad son resultado de más de 4 siglos de trabajo.
Existen varias maneras de fumar tabaco en la actualidad. Afortunadamente creo haberlas probado todas. Cigarros, habanos, puros, cigarrillos, cigarrillos armados y finalmente, la que considero que es la mejor forma de disfrutar el tabaco, la pipa. Todas las fumadas son diferentes entre si, aunque guardan algunas similitudes; unas presentan ventajas y otras no. Finalmente solo se trata de fumar, disfrutar del tabaco y dejarse llevar en las volutas que dibuja el humo.
Indudablemente el fumar es dañino para la salud, lo poco bueno que puede decirse de él es que mejora la sinapsis neuronal, por tanto, mientras estamos bajo los efectos de la nicotina, nuestro cerebro debería funcionar de manera más eficiente e inspirada. Quizás es por esto que se relaciona al fumar con la gente de arte, literatura o ciencia; quién no vio una foto Tolkien, Einstein o Freud con una pipa en la boca?
Al retirarse la tarde, cuando el sol alarga sus rayos haciendo esperar a la noche y sentado al final de la jornada, acompañado de solo tres elementos: mi pipa, un buen tabaco y un par de fósforos; no hay mejor manera de redondear el día. Cargar una pipa no es un acto mecánico, es un ritual, se empieza a fumar desde el momento en que se abre el sobre y se toma el primer pellizco de tabaco. Dicen que la pipa se carga en tres tiempos, primero se toma el tabaco y se lo presiona al fondo del hornillo con la fuerza de un niño, luego se vuelve a cargar el tabaco hasta los 2/3 y se lo presiona con la fuerza de una mujer, finamente la última carga, hasta casi llenar el hornillo y presionando ahora con la fuerza de un hombre. Como verán, no se trata de un juego.
Acercamos un fósforo encendido al hornillo y damos la las primeras pitadas para que en tabaco comience a arder, solo así nos ofrecerá el humo y el sabor guardados en él por tantos años.
(Escrito por Lui en el foro Formosa Pipa Club)
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