El brezo (Erica Arborea) crece en suelos ácidos pobres, rocosos o arenosos, ubicados en zonas umbrías y frescas de las laderas de montaña, junto a alcornoques y robles. Por degradación de los propios bosques, puede llegar a constituir brezales.
Es un arbusto de altura variable - 1 a 4 metros -, pudiendo alcanzar la constitución de un árbol con tronco y ramas retorcidas. Siendo una planta que puede estar presente en distintas partes del mundo, el brezo usado en la elaboración de pipas, por su abundancia y calidad, se circunscribe a la zona del Mediterráneo.

La recolección es la parte más laboriosa del proceso. Al no existir plantaciones que permitan su mecanización, el trabajo debe ser hecho a mano (y, nunca mejor dicho, “a salto de mata”), siendo las herramientas empleadas la sierra de mano, pico o azada. La primera fase consiste en desenterrar parcialmente la raíz para comprobar que su tamaño y constitución sean aparentemente idóneos.

Si el veredicto es positivo, se cortan las ramas aéreas y el tronco y, con la ayuda del pico, se procede a cortar las ramas de la raíz para desenterrarlo.
La parte del brezo que se aprovecha para la fabricación de pipas es el bulbo que forma su raíz. Se trata de una excrescencia, normalmente en forma de pelota (llamada “pilot”), que constituye un auténtico aljibe en el que la planta almacena el agua para su supervivencia.
Si la recolección dura varios días, los pilots deben remojarse y enterrarse para que mantengan su grado de humedad, pues si permanecen al aire libre por mucho tiempo, corren peligro de cuartearse.

La calidad del brezo viene determinada principalmente por la edad de la planta. A mayor vejez, la madera se vuelve más porosa, ya que los capilares que captan la escasa humedad del terreno para llevarla al núcleo de la raíz, se multiplican y tienden a apretarse, lo que posteriormente dará lugar a la veta y grano tan apreciados por los pipa fumadores. A principios del pasado siglo, se consideraba que, una madera de buena calidad, debía tener entre 40 y 100 años de edad. Desgraciadamente, la explotación intensiva, ha hecho que en la actualidad sea una utopía encontrar raíces centenarias, considerándose como aceptable una antigüedad entre 20 y 25 años.

Otros factores que influyen en la calidad del brezo son las características del suelo y la climatología, determinantes del crecimiento de la raíz. Si el arbusto crece en condiciones difíciles, su raíz se desarrollará lentamente y su grano será mejor. Si su crecimiento se produce en una zona excesivamente húmeda o cálida, el peligro puede ser la aparición de carcoma o gusanos, que anidaran en la raíz.
Es un arbusto de altura variable - 1 a 4 metros -, pudiendo alcanzar la constitución de un árbol con tronco y ramas retorcidas. Siendo una planta que puede estar presente en distintas partes del mundo, el brezo usado en la elaboración de pipas, por su abundancia y calidad, se circunscribe a la zona del Mediterráneo.

La recolección es la parte más laboriosa del proceso. Al no existir plantaciones que permitan su mecanización, el trabajo debe ser hecho a mano (y, nunca mejor dicho, “a salto de mata”), siendo las herramientas empleadas la sierra de mano, pico o azada. La primera fase consiste en desenterrar parcialmente la raíz para comprobar que su tamaño y constitución sean aparentemente idóneos.

Si el veredicto es positivo, se cortan las ramas aéreas y el tronco y, con la ayuda del pico, se procede a cortar las ramas de la raíz para desenterrarlo.
La parte del brezo que se aprovecha para la fabricación de pipas es el bulbo que forma su raíz. Se trata de una excrescencia, normalmente en forma de pelota (llamada “pilot”), que constituye un auténtico aljibe en el que la planta almacena el agua para su supervivencia.
Si la recolección dura varios días, los pilots deben remojarse y enterrarse para que mantengan su grado de humedad, pues si permanecen al aire libre por mucho tiempo, corren peligro de cuartearse.

La calidad del brezo viene determinada principalmente por la edad de la planta. A mayor vejez, la madera se vuelve más porosa, ya que los capilares que captan la escasa humedad del terreno para llevarla al núcleo de la raíz, se multiplican y tienden a apretarse, lo que posteriormente dará lugar a la veta y grano tan apreciados por los pipa fumadores. A principios del pasado siglo, se consideraba que, una madera de buena calidad, debía tener entre 40 y 100 años de edad. Desgraciadamente, la explotación intensiva, ha hecho que en la actualidad sea una utopía encontrar raíces centenarias, considerándose como aceptable una antigüedad entre 20 y 25 años.

Otros factores que influyen en la calidad del brezo son las características del suelo y la climatología, determinantes del crecimiento de la raíz. Si el arbusto crece en condiciones difíciles, su raíz se desarrollará lentamente y su grano será mejor. Si su crecimiento se produce en una zona excesivamente húmeda o cálida, el peligro puede ser la aparición de carcoma o gusanos, que anidaran en la raíz.







1 comentarios:
hola carlos :Queria preguntarte sobre tu experiencia en el uso de maderas que no son brezo; si las que tienen mas taninos ( rojizas u obscuras)influyen muy notablemente en la fumada de aquellas que son mas claras.
Desde ya muchas gracias.
eduardo rojas eddorjs@hotmail.com
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